Muchos tratamientos modificadores de la enfermedad afectan los linfocitos T de una u otra forma. Sin embargo, los tratamientos modificadores de la enfermedad como el fingolimod o los tratamientos reductores de linfocitos B como el rituximab reducen la cantidad de células B disponibles. Según algunos estudios, las personas tratadas con fingolimod, siponimod, rituximab y ocrelizumab tienen una baja respuesta de anticuerpos mediada por linfocitos B frente a las vacunas contra la COVID-19. En cambio, las personas que reciben cladribina, natalizumab y alemtuzumab parecen generar una respuesta de anticuerpos más sólida.
La cantidad de linfocitos B parece estar vinculada con la cantidad de anticuerpos que se genera. Cuantos más linfocitos B haya en circulación, más fácil será la generación de anticuerpos. Dicho esto, incluso si no hay producción de anticuerpos, parece que puede haber cierto grado de respuesta mediada por los linfocitos T. En otras palabras, si recibes ocrelizumab, rituximab o fingolimod, es posible que tu sistema inmunitario sea capaz de responder a la vacuna de otras formas. Esto significa que si te ataca el virus, las células T pueden ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad.
Hay muchos factores que pueden afectar la respuesta, como el momento en que se recibe la vacuna, la edad, el tipo de vacuna, la duración del tratamientos modificadores de la enfermedad, el recuento de linfocitos B y la respuesta de los linfocitos T. Este es un tema que todavía está en estudio, por lo que la información disponible aumenta día a día.
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https://www.msif.org/news/2021/09/27/how-do-people-with-ms-respond-to-covid-19-vaccines/?lang=es